Cierre. Desde 1989 existió en Managua la biblioteca para ciegos Louis Braille, que empezó funcionando en el mercadito de San Judas, sin embargo hace cuatro años fue cerrada.
Las personas ciegas y con deficiencia visual no tienen un sitio para ir a leer desde 2014, cuando fue cerrada la biblioteca para ciegos Louis Braille, ubicada en carretera Masaya.
Desde 1989 existió en Managua la biblioteca para ciegos que empezó funcionando en el mercadito de San Judas, luego fue trasladada al parque Luis Alfonso Velásquez Flores y por último funcionó durante 15 años en carretera Masaya, hasta 2014, cuando la municipalidad decidió cerrarla.
Ese mismo año la responsable del centro, Rosario Rodríguez, quien también padece de ceguera, se jubiló, precisó David López, presidente de la Organización de Ciegos Maricela Toledo.
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“Las personas ciegas le hemos planteado nuestra necesidad a las autoridades acerca de volver a abrir un sitio donde podamos leer, conseguir información para nuestro crecimiento intelectual”, expresó López.
El año pasado la junta directiva y parte de los afiliados de la Organización para Ciegos Maricela Toledo realizaron varias sesiones de trabajo con la Alcaldía de Managua para diseñar una especie de perfil de lo que debería ser una biblioteca modernizada para las personas ciegas.
Según Todos con Vos, realizado en 2017, en Nicaragua existen unas 17,000 personas con ceguera o deficiencia visual.
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“Bajo la perspectiva que en este año 2018 se construyan las instalaciones de lo que será la biblioteca para ciegos, hemos pedido a las autoridades las actualizaciones de libros en sistema Braille, que incorporen un formato de audio y libros en letras macro tipo (letras agrandadas para quienes todavía tienen resto visual). Una biblioteca modernizada y actualizada debe cumplir con estos tres formatos”, explicó el presidente de la organización, quien desconoce cuándo y dónde se empezará a construir la biblioteca.
La principal distracción de las personas ciegas es la lectura. Desde que dejó de funcionar la biblioteca, la organización ha suplido esta necesidad pero no cuentan con los recursos ni materiales suficientes para dar respuesta a la demanda de los afiliados.
En la biblioteca Louis Braille de carretera Masaya se encontraban libros de literatura, geografía y ciencias naturales que enviaban organizaciones de ciegos de Sudamérica. Entre unos 20 a 30 lectores llegaban por día. El uso era constante, aseguró López.
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“En la asociación tenemos literatura dariana, de Gabriel García Márquez, la Biblia que es el libro más demandado por los afiliados, también contamos con la Ley 763 de los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Constitución Política de la República en sistema Braille”, detalló.
Durante los 25 años de existencia de la biblioteca, los usuarios no evidenciaron actualizaciones de textos, de tal manera que se debe incluir libros modernos, al igual que una biblioteca digital.
“Si la biblioteca se llegara a abrir considero que el uso va a ser mayor que el anterior. Los libros no solo tienen que estar en físico, sino en electrónico. Por si se da la casualidad que el libro que desee leer un usuario no se encuentra en la biblioteca, solo se descargaría y se reproduciría con el formato de audio”, consideró.
López agregó que “la lectura es importante para todas las personas ciegas, por recreación, para adquirir conocimiento es bastante beneficiosa, y siempre ayuda a las personas a crecer”.
“Recordemos que algunos perdemos la vista a una determinada edad, mientras que otros ya nacen con ceguera. El acceso a una biblioteca para ciegos es de suma importancia para nosotros”, expresó López.
Los lectores solicitan que la reactivación de la biblioteca Louis Braille sea en un lugar donde las rutas de acceso les permitan transitar sin problemas.
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