Ondas de alerta, una nueva herramienta para ciegos

Proyecto. Una joven fabricó un dispositivo que permite anticipar obstáculos.

La universitaria Katty Velasco. Foto: Miguel Carrasco Un dispositivo electrónico que ayuda a los no videntes a evitar choques con objetos fijos o móviles, alertándolos de la presencia de éstos antes de toparse con ellos, es el aporte social de la universitaria Katty Velasco.

El aparato, desarrollado en el segundo semestre de 2017, se acopla a los bastones de los discapacitados visuales y consta de un armazón, cuatro sensores, una luz led, una batería de 9 voltios, un microparlante, un motor vibratorio y un arduino (un software de código abierto montado en una pequeña placa electrónica).

¿Cómo funciona? Dos de los sensores emiten ultrasonidos en un ángulo de 60 grados hacia el frente y por encima de la cintura —la zona en la que la parte baja del bastón tradicional no puede detectar objetos—, mientras que los otros dos sensores reciben las ondas que rebotan al chocar con algún cuerpo estático o en movimiento. “El chip de la placa traduce esas señales y las convierte en una alerta sonora (pitido) y una vibración en la mano”, detalla Velasco, estudiante de la carrera de Ingeniería Biomédica de la privada Universidad del Valle (Univalle).

En uso continuo, el dispositivo funciona dos días. El alcance de las ondas es configurable y llega hasta los 3 metros, aunque lo recomendable es 1 metro.

“Se tarda en promedio dos días en fabricarlo con un costo de Bs 130. Si lo comercializáramos, el precio no sería mayor a los Bs 150, porque los discapacitados no cuentan con mucho dinero. El punto es apoyarlos con un proyecto social”, afirma la estudiante, quien planea incorporar mejoras a su invento, como una batería recargable y un GPS para localizar fácilmente al usuario.

El artefacto fue probado por un integrante de una agrupación de no videntes de Oruro, quien calificó el accesorio de útil y recomendó que tenga mejor alcance y que sea fabricado en cantidad. “Me encantaría que el Ministerio de Salud lo considere, para que los no videntes puedan salir a las calles con un dispositivo que mejore su desplazamiento de forma segura”, indica la futura profesional.

Proceso. El siguiente paso de la universitaria, quien cursa el noveno semestre de Ingeniería Biomédica, es patentar su invento.

Waldo Encinas, director de las carreras de ingenierías Biomédica, Electrónica y Telecomunicaciones de la Univalle, cuenta que este tipo de proyectos de investigación se desarrollan en talleres que da esa casa de estudios superiores con base en requerimientos de los sectores que emplearán los artefactos. Velasco creó el dispositivo tras adquirir conocimientos en “electrónica básica y digital, en microprocesadores y en robótica, materias de esta carrera que tienen un campo amplio para investigar”, asevera el docente.

Avances. “Cada trabajo puede ser la antesala para el proyecto de grado” para la titulación de los jóvenes, además de un primer “aporte directo que harán como profesionales” a la sociedad, dice.

La estudiante de 22 años comenta que la carrera “no es fácil, ya que el pénsum incluye materias de ingeniería como Cálculo, Álgebra, Ecuaciones Diferenciales, y otras de medicina como Fisiología y Anatomía”.

Velasco terminó su bachillerato en el Colegio Alemán de Oruro con la intención de estudiar Medicina en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz. No obstante, pese a su esfuerzo no pudo ingresar a esa carrera debido a la alta demanda que tiene esa disciplina por parte de los bachilleres. 

“No quería perder tiempo. Averigüé en Oruro sobre Ingeniería Biomédica, decidí rápidamente y me inscribí a esta carrera que superó mis expectativas”, dice la joven, quien se ve a futuro trabajando en el país y desarrollando proyectos “para ayudar a la gente”.

Acceso a la noticia en la web La Razón.

Fuente
Jorge Castel / LA RAZÓN / BOLIVIA - Foto: Miguel Carrasco
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8430