La Unión Europea ha ratificado el Tratado de Marrakech, que obliga a sus 28 Estados miembro, incluido España, a facilitar libremente la producción y la transferencia internacional de libros adaptados a las personas ciegas, con discapacidad visual y con otras dificultades para acceder a textos impresos.
La firma se produjo en Ginebra durante la Asamblea General de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), encargada de velar por los derechos de los autores y que ahora hace esta excepción en los términos que fija Marrakech para los libros que podrán utilizar más de 30 millones de europeos ciegos o con discapacidad visual grave, sólo una parte de los casi 80 millones de ciudadanos de la UE con discapacidad.
Para el presidente de la Unión Europea de Ciegos (EBU), Wolfgang Angermann, dicha ratificación supone “un paso muy importante para acabar con el hambre de libros para los millones de personas en el mundo -30 millones solo en Europa- que son ciegas, tienen discapacidad visual o tienen una discapacidad para leer”.
Dicho tratado facilita no sólo el acceso a la cultura y la educación, además “será uno de los elementos que permitirá a esta población acceder a mejores empleos y a ser incluidos en la sociedad digital y mundial actual", apuntilla Angermann.
Además de la UE, que engloba a sus 28 estados miembro, se elevan hasta 43 los países que lo han ratificado, incluidos Rusia, Moldavia y Japón, que lo han hecho en los últimos días. En este sentido, la EBU ha realizado un llamamiento a otros países para que se unan al Tratado e insistiendo a los miembros de la Unión Europea para que traspongan esta iniciativa y hagan efectiva la aplicación de Marrakech cuanto antes.
La ONCE ha participado activamente en el impulso y firma del Tratado de Marrakech, su implantación en muchos países y en la Unión Europea, donde se trabajó para ratificar la gratuidad en el intercambio de estos libros para todas las personas con discapacidad. En el acto de ratificación en Ginebra estuvieron presentes la responsable de Asuntos Europeos de la ONCE y vicepresidenta de la EBU, la española Bárbara Martín, acompañada del técnico de la organización española, Francisco Martínez, ambos impulsores muy implicados en la gestación, aprobación, y desarrollo del Tratado.
“Sin duda, el Tratado de Marrakech permitirá un mayor y mejor acceso a la lectura, y por ende, a la cultura. El sueño de millones de personas de poder leer en formato accesible y en su idioma nativo a Shakespeare, Cervantes, Víctor Hugo, Nietzsche, Nicolás Maquiavelo o a José Saramago, entre muchos otros, está muy cerca de hacerse realidad”, manifiesta Bárbara Martín.
Por su parte Michele Woods, directora de la División de Derechos de Autor de la OMPI, aseguraba estar “absolutamente encantada de que la Unión Europea se haya adherido al Tratado de Marraquech. Significa tánto en términos de accesibilidad, no sólo dentro de la Unión Europea sino también en todo el mundo, para tener acceso a las publicaciones y hacer frente a la hambruna de libros... Es simplemente fantástico”.
Historia del Tratado
El Tratado fue adoptado el 28 de junio de 2013 bajo los auspicios de la OMPI en Ginebra y entró en vigor el 30 de septiembre de 2016, después de que se alcanzaran las primeras 20 ratificaciones de otros tantos países. En la encrucijada de los derechos humanos y la propiedad intelectual, utiliza el derecho de autor para los objetivos de los derechos humanos, haciendo que el derecho a leer sea una realidad para las personas con dificultad para acceder al texto impreso, en línea con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Tras firmar el Tratado el 30 de abril de 2014, la UE adoptó en 2017 una directiva que aplicarán los países de la UE, y un reglamento que se aplicará en las relaciones con países no pertenecientes a la UE. El depósito de su instrumento de ratificación que tuvo lugar ayer significa que la UE, de conformidad con las normas del Tratado, pasará a ser parte efectivamente el 1 de enero de 2019.
Así, desde la creación del braille a la adopción del Tratado de Marrakech han trascurrido dos siglos y ambos acontecimientos tienen en común su contribución a la mejora de vida de millones de personas. El primero permitió el acceso a la lectura, y el segundo, incrementa significativamente el número de obras y partituras musicales a los que se puede acceder. “Hoy las personas ciegas no conciben el mundo sin el braille, y en unos años tampoco lo harán sin el Tratado de Marrakech”, concluye Bárbara Martín.