Los Diablos Rojos del Toluca son la luz en medio de la penumbra para el señor Marcial y su hijo Marco Antonio, dos aficionados invidentes que regresaron por primera vez al nuevo Nemesio Diez para conocerlo y adaptarse a las remodelaciones, pues su pasión por el futbol no tiene límites.
“Dejamos de venir por la remodelación, por todo el movimiento que había, era complicado el camino así que mejor optamos por dejar de venir hasta que ya estuviera bien el estadio.
“Ahorita vamos a checar cómo quedó el estadio, porque cuando veníamos era muy diferente y ahorita es lo que queremos sentir nuevamente la estructura del estadio y ver si hay rampas y si hay espacios, venimos a experimentar”, comentó Marcial.
Para ambos no existe impedimento alguno para asistir a la casa de los choriceros, pues consideran que vale la pena vibrar con la gente y contagiarse de la emoción gracias a los gritos y con la ayuda de su teléfono celular, que es la principal herramienta para seguir las acciones del encuentro.
“Cuando venimos al estadio, para escuchar las incidencias del partido nos guiamos con el celular, a través del radio, por las emisoras que lo transmiten. Nos gusta venir para sentir el ambiente y la emoción de toda la gente y lo diferente que es ver el juego en el estadio”, expuso Marco Antonio.
Acompañados por RÉCORD, los aficionados llegaron hasta sus lugares con el apoyo del personal del inmueble que los dirigieron en el camino para ubicarlos en la Tribuna Diablos, donde don Marcial suele acudir desde hace 50 años.
“Desde que tenía ocho años venía con mi padre, después con mis cuñados; hemos venido a torneos internacionales. Mi hijo tiene menos tiempo aunque nada más viene por acompañarme porque él le va a León y a Potros porque estudia ahí”, dijo el seguidor de los escarlatas.
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