El Programa ‘Habilidades para la vida’ surgió en 2019, cuando se seleccionaron a los socios estratégicos del proyecto, los cuales permitieron llegar a las personas con sordoceguera. Estos socios son la Asociación de Amigos de los Sordociegos, Sordos y Ciegos (AMISSORCI) en Lima y el CEBE Nuestra Señora del Carmen en Cuzco.

En esta primera fase, se implementó el plan de trabajo previsto para 2019, consistente en la realización de talleres de habilidades ‘blandas’ (comunicación, liderazgo y trabajo en equipo), los curos de formación en repostería y panadería y la participación en ferias gastronómicas en las que los participantes con sordoceguera pudieran testar sus productos y ver qué aceptación tenían en el mercado. 

Ya en 2020, tocaba poner en marcha los talleres de emprendimiento, en los que se enseñó a los participantes a convertir lo aprendido en un modo de vida, mediante el desarrollo de un plan de negocio, conocimientos de microfinanzas, marketing, etc. La pandemia obligó a reorientar estos talleres a una modalidad virtual pero, con las adaptaciones necesarias y el apoyo de sus familias, los conocimientos pudieron transmitirse con éxito. 

Del grupo inicial de 34 jóvenes que comenzaron participando en el proyecto, 26 de ellos se mostraron interesados en emprender, para lo cual concretaron sus planes de negocio. De ello, se seleccionaron las mejores 14 iniciativas, las cuales recibieron un capital semilla en forma de instrumentos de cocina y materia prima para elaborar sus productos. 

Así que si son ustedes de Cuzco o Lima y se topan con las Pastelería ‘Ricotón’, ‘El honguito andino’, ‘Desayunos Andrea’ o ‘D&G’, sepan que detrás de esos productos hay detrás personas notables que se han sobrepuesto a la falta total o parcial de vista y oído para llegar adonde han llegado.