Invidentes de Manizales logran fotografiar a partir de sus sentidos
El negro profundo. El vacío. La nada. Las imágenes de lo que ellos no pueden observar. No saber cuál es la cara que los mira cuando miran la cara del espejo –como escribía Borges–. Y después está la salvación: el tacto, el sonido, el olor, las descripciones ajenas, la blancura de lo invisible, el verbo ver con otros ojos. La construcción de un mundo líquido cimentado en sensaciones. La carencia, la discapacidad y, sin embargo, la vida. Lo bello y lo dulce, la remembranza.